lunes, 18 de mayo de 2015

Inversión equivocada vs Inversión acertada. Una inversión con final feliz


Inversión equivocada Vs Inversión acertada
Una inversión equivocada
Marta era una joven de 23 años cuya abuela acababa de fallecer, como ella era su única nieta heredó una cantidad de 12.000 euros. Un dinero que su abuela había ahorrado durante toda su vida trabajando  por la mañana de costurera en una pequeña mercería de barrio y por la tarde en un restaurante. Cuando supo que era la heredera de esa cantidad de dinero, lo primero que se planteó fue cómo invertirlo, ya que lo que ella quería era sacar el máximo rendimiento de ese dinero. Por lo que visitó cientos de bancos buscando el  que más interés le ofreciese, hasta que dio con un pequeño banco de su ciudad.
Marta mantuvo una entrevista con el director financiero, ella  le dijo que lo que quería era obtener más cantidad de dinero en muy poco tiempo, ya que deseaba poder independizarse y pagarse el último año de carrera con este dinero y sin ningún tipo de ayuda de sus padres,  por lo que el director de la sucursal le hizo unas preguntas rutinarias. Marta  respondió a ellas sin ningún tipo de problema, comentándole a la vez que ella no tenía ni idea de inversiones y que no se había informado sobre el tema. Por lo que al director  se le puso una sonrisa en la cara y le dijo sin ningún cargo de conciencia: "no te preocupes ya he encontrado la inversión ideal para ti". Marta muy contenta e ilusionada le preguntó el tipo de interés que iba a recibir mensualmente, y al escuchar el porcentaje se quedó boquiabierta, era el más alto que le habían propuesto hasta el momento.
Marta decidió irse a casa y hablar con su padre sobre esta cuestión. Pero al llegar a casa se dio cuenta que su padre se había ido a trabajar una semana a la capital de Alemania, Berlín. Desilusionada fue a su madre y le comentó todo lo que había hecho esa mañana y su  madre al enterarse de esa oferta le dijo que seguro que  "había gato encerrado", que esperase a que su padre volviese y así podría decirle qué estaba firmando en realidad. Pero Marta se enfadó mucho, ya que pensaba que su madre le llevaba la contraria porque el dinero no fue para ella si no para Marta. Por lo que salió corriendo por la puerta y se fue a casa de una amiga.
Cuando llego a casa de su amiga Elsa, ésta la recibió con una fuerte abrazo ya que llevaban mucho tiempo sin verse debido a que ambas estaban estudiando carreras muy distintas ( Medicina y Magisterio) y por lo tanto al no tener tiempo porque tenían que estudiar y al no verse en clase se habían distanciado un poquito. Marta estaba llorando cuando Elsa le abrió la puerta, al verla así Elsa se preocupó mucho, nunca la había visto tan frustrada como ese día. Empezaron a hablar mientras preparaban algo que comer y Marta le contó todo lo que le había pasado a su abuela y como había estado buscando la inversión ideal, por lo que Elsa le recomendó sin tener ni idea de economía que firmase la última que le habían ofrecido, y así hizo.
Cuando terminaron de comer fue directa al banco y firmó el contrato. El dinero iba aumentando según pasaban los meses, pero al cabo de un año empezó a ver problemas, perdió más de la mitad del dinero. Asustada acudió a su padre y éste le dijo que había invertido con un rendimiento muy alto pero a la vez con un riesgo igual. Marta desilusionada extrajo todo lo que pudo de esta inversión y no pudo independizarse y se tuvo que poner a trabajar para poder pagarse el último año de carrera.
Una inversión con un final feliz
Marta era una joven de 23 años cuya abuela acababa de fallecer, como ella era su única nieta heredó una cantidad de 12.000 euros. Un dinero que su abuela había ahorrado durante toda su vida trabajando  por la mañana de costurera en una pequeña mercería de barrio y por la tarde en un restaurante. Cuando supo que era la heredera de esa cantidad de dinero, lo primero que se planteó fue cómo invertirlo, ya que lo que ella quería era sacar el máximo rendimiento de ese dinero. Por lo que visitó cientos de bancos buscando el  que más interés le ofreciese, hasta que dio con un pequeño banco de su ciudad.
Marta mantuvo una entrevista con el director financiero, ella  le dijo que lo que quería era obtener más cantidad de dinero en muy poco tiempo, ya que deseaba poder independizarse y pagarse el último año de carrera con este dinero y sin ningún tipo de ayuda de sus padres,  por lo que el director de la sucursal le hizo unas preguntas rutinarias. Marta  respondió a ellas sin ningún tipo de problema, comentándole a la vez que ella no tenía ni idea de inversiones y que no se había informado sobre el tema. Por lo que al director  se le puso una sonrisa en la cara y le dijo sin ningún cargo de conciencia: "no te preocupes ya he encontrado la inversión ideal para ti". Marta muy contenta e ilusionada le preguntó el tipo de interés que iba a recibir mensualmente, y al escuchar el porcentaje se quedó boquiabierta, era el más alto que le habían propuesto hasta el momento.
Marta decidió irse a casa y hablar con su padre sobre esta cuestión. Pero al llegar a casa se dio cuenta que su padre se había ido a trabajar una semana a la capital de Alemania, Berlín.
Desilusionada fue a su madre y le comentó todo lo que había hecho esa mañana y su  madre al enterarse de esa oferta le dijo que seguro que  "había gato encerrado", que esperase a que su padre volviese y así podría decirle qué estaba firmando en realidad. Pero Marta se enfadó mucho, ya que pensaba que su madre le llevaba la contraria porque el dinero no fue para ella si no para Marta. Por lo que salió corriendo por la puerta y se fue a casa de una amiga.
Cuando llegó a casa de su amiga Elsa, esta la recibió con una fuerte abrazo ya que llevaban mucho tiempo sin verse debido a que ambas estaban estudiando carreras muy distintas ( Medicina y Magisterio) y por lo tanto al no tener tiempo porque tenían que estudiar y no verse en clase se habían distanciado un poquito. Marta estaba llorando cuando Elsa le abrió la puerta, al verla así Elsa se preocupo mucho, nunca la había visto tan frustrada como ese día. Empezaron a hablar mientras preparaban algo que comer y Marta le conto todo lo que le había pasado a su abuela y como había estado buscando la inversión ideal, por lo que Elsa le dijo que si quería podía llamar a su marido y que seguro que la podría ayudar, ya que en ese mismo año había terminado de estudiar economía.
Cuando llegó Carlos y leyó el contrato de arriba abajo le preguntó a Marta lo que ella quería, si uno con más rendimiento y mucho riesgo o una con menos rendimiento y muy poco de riesgo. Marta extrañada le dijo que quería menos riesgo aunque tuviese menos rendimiento, por lo que Carlos le dijo que ese contrato era todo lo contrario, que seguramente perdiese más de la mitad del dinero, Marta muy contenta le dio un abrazo y le dio las gracias, y se fue a su casa a pedir perdón. Y tras unos días encontró la inversión que necesitaba.
Marina Mora Martín 1ºBachillerato P
I.E.S. Santa Teresa de Jesús

No hay comentarios:

Publicar un comentario